El Humanismo que transforma y sus horizontes dentro de la educación

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Mtro. Eduardo Grajales González

La educación en Chiapas es un elemento neurálgico e histórico de la política y la gobernabilidad del estado, ya que ha sido puente de muchos movimientos magisteriales y pedagógicos. En el panorama actual de Chiapas, esto ha sido comprendido a cabalidad por el proyecto ético-político de la Nueva ERA, encabezado por el gobernador, el Dr. Eduardo Ramírez Aguilar. Para lo cual se han planteado una serie de principios que orientan con claridad la labor educativa que seguirá el gobierno de Chiapas en esta materia. La educación es un territorio fértil para la transformación; en ella, como ha dicho el gobernador Eduardo Ramírez Aguilar, se formulan un conjunto de finalidades que entienden a la educación como uno de los caminos para tener una mejor forma de vida, porque nos permite asumir nuestra autonomía y una capacidad de decisión más humana. Todo, lo anterior, bajo la ruta de la justicia social, expresada en que uno de los proyectos de su gobierno, que es punta de lanza, es precisamente uno de política educativa: el programa de alfabetización “Chiapas puede”. Esto último, se traduce en las orientaciones filosóficas del Humanismo que Transforma y la chiapanequidad. Por eso, el principio que rige la apertura humanista del actual gobierno es que la transformación sólo es posible si está sostenida por la educación.

Por lo tanto, la raíz profunda del humanismo está en la identidad chiapaneca, aquella que, como dice el gobernador Eduardo Ramírez Aguilar, “se dirige hacia adentro, hacia el corazón de lo que somos como pueblo”; por ello el diálogo intercultural es necesario, es una de las “claves para llevar a cabo el nuevo proyecto para el futuro inmediato”, concluye nuestro gobernador. Así, pues, este sentimiento chiapaneco es nuestra voluntad de decidir nuestros asuntos de manera libre y voluntaria, actitud que se ha manifestado en momentos álgidos de nuestra historia.

La educación dentro del Humanismo que Transforma, se basa en el diálogo intercultural, la escucha activa y en el reconocimiento de la unidad dentro de la diversidad. Porque, como ha escrito el Secretario de Educación de Chiapas, el Dr. Roger Mandujano Ayala: “la chiapanequidad también abraza distintas otredades que hayan caído bajo la invisibilización o la no-existencia”. Por ello, el diálogo desde la diversidad se conecta de manera directa con un proceso de identidad. Desde estos principios, la educación en la Nueva ERA es más que una política pública, es una forma de hacer y servir que fortalece a nuestro pueblo.  Con esta visión, la educación resulta una herramienta indispensable para la paz, ya que a través de ella las relaciones humanas se ven abordadas desde la empatía y se convierte en acompañante sustancial para consolidar la seguridad en Chiapas.

Para finalizar, es necesario decir que lo mencionado anteriormente forma parte del camino que lleva abrir nuestra consciencia, por ende, se relaciona con el Jam Ach’ulel, porque al abrir la consciencia entendemos que nunca dejamos de estudiar, de aprender; por medio de la educación ayudamos al prójimo, caminamos juntos y juntas. Se trata, pues, como dijo la poeta Rosario Castellanos, de aspirar a otro modo de ser humano y libre, otro modo de ser. Y, con ello, la educación permite construir una consciencia clara para la transformación social.   

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