Mtro. Eduardo Grajales
En entregas anteriores abordamos la profundidad filosófica del modelo educativo propuesto para la Nueva Era Educativa de Chiapas. Sin embargo, después de analizar su horizonte y estructura axiológica, surge la pregunta clave: ¿cómo hacer posible este modelo mediante la configuración de políticas educativas con enfoque intercultural, incluyente y sentido creativo?
Esta es la gran interrogante que atraviesa la ruta de la interculturalidad, ya que ningún planteamiento filosófico es funcional si no se traduce en postulados y políticas educativas concretas.
Dicha cuestión fue expresada por el Dr. Andrés Fábregas durante la instalación del Consejo Consultivo Intercultural para la Transformación Humanista, un órgano cuyo propósito es sugerir proyectos educativos que se materialicen en el aula, la escuela y la sociedad.
Y es que no basta con tener una visión clara de lo que se quiere lograr; es fundamental pensar y concretar los cómos y los para qué de la construcción de una política educativa con las caracteristicas antes dichas.
Para abonar a la respuesta, se sugieren algunos elementos a considerar:
- Elaborar un diagnóstico incluyente que recupere las diversas visiones del territorio y la cultura, integre estadísticas sólidas y actualizadas que permitan conocer en profundidad las distintas formas de vida que cohabitan y sus problematicas.
- Plantear procedimientos innovadores para la construcción de políticas públicas interculturales que atiendan las necesidades. Es imprescindible diseñar un modelo de planeación acorde a los retos actuales. Actualmente, seguimos utilizando las mismas matrices financieras neoliberales para la elaboración de proyectos de Estado, centrados en el recurso economico y no en el humano, lo que limitan su impacto.
- Involucrar a la mayor cantidad de actores políticos y sociales en su diseño y construcción. Estos procesos no deben quedar exclusivamente en manos del personal gubernamental; es crucial integrar a los actores políticos y sociales mediante un diálogo respetuoso que facilite la retroalimentación para una mejor toma de decisiones.
- Incluir a la población directamente implicada. No se puede diseñar una política educativa sin la participación activa de quienes serán beneficiados por ella. De ahí la importancia de legitimar el proceso mediante la participación de los sujetos a quienes va orientado la politica educativa (maestros, padres de familia, estudiantes).
- Establecer nuevos marcos normativos incluyentes. Un reto importante es actualizar la normatividad vigente en materia educativa, toda vez que la legislacion educativa actual en Chiapas es obsoleta y desfasada a la modernidad del sistema educativo. De ahí la urgencia de normar procesos que carecen de reglamentación, eliminar procedimientos caducos y fortalecer la ley educativa con nuevos dispotivos legales.
Retomar una política educativa intercultural e incluyente implica romper con los parámetros actuales, que son predominantemente neoliberales y occidentales.
Hasta ahora, la planeación estratégica vigente prioriza el recurso económico sobre la persona. Por ello, es esencial establecer nuevos y rigurosos esquemas de evaluación con indicadores que privilegien el desarrollo humano. Actualmente, estos indicadores se diseñan en función del presupuesto disponible y no del impacto real en la vida de las personas.
Construir políticas educativas desde una mirada intercultural e incluyente conllevará una transformación administrativa. Esto se traduciría necesariamente en una nueva estructura institucional, cambios en hábitos y conductas burocraticas, mejor clima organizacional basado en valores, una visión de gobierno cohesionada y una notable mejora en la calidad y eficiencia del mismo. Además, permitiría impulsar la innovación en escenarios donde los presupuestos educativos están limitados. Esa es la apuesta visible que el gobierno de Chiapas, desde la visión del gobernador Dr. Eduardo Ramirez Aguilar se ha trazado, una apuesta que, al orientarse hacia una conciencia política profunda, está planteando una reconfiguración en la forma de entender y ejercer el gobierno y la sociedad.